El sector energético es esencial para el desarrollo económico y social, pues proporciona los recursos necesarios para impulsar diversas industrias y mejorar la calidad de vida de las personas. Esto, sumado a la constante evolución tecnológica y las crecientes demandas regulatorias, exige una asesoría legal especializada, que considere un estricto cumplimiento normativo sin dejar de lado la creación, desarrollo e implementación de proyectos innovadores en estas materias.
El equipo de Derecho de la Energía, liderado por la socia Mónica Cortés, y apoyado de forma transversal por experimentados profesionales tanto en el área como en el resto de las prácticas complementarias de nuestro estudio, ofrece una amplia experiencia en asesoría legal relacionada con la generación, transmisión y distribución de electricidad, así como en relación con el mercado de combustibles. La manera de afrontar esta práctica creciente y desafiante se basa en la adopción de un enfoque integral que incluye el análisis de normativa sectorial, seguimiento y representación en procesos regulatorios y de tarificación, gestión de permisos y licencias, y representación ante autoridades regulatorias. A lo anterior se suma el acompañamiento a nuestros clientes en cada etapa de estos procesos, para llevar a cabo el desarrollo de proyectos energéticos, contribuyendo a un desarrollo sostenible y eficiente, a la par de garantizar el cumplimiento de la necesaria y compleja regulación del sector.
Nuestro trabajo está estrechamente relacionado con empresas del sector eléctrico y de los combustibles, sirviendo como apoyo en la implementación de soluciones ingeniosas y adecuadas a cada caso concreto. Nuestra asesoría comprende la prevención, la planificación estratégica, la asesoría general, y finalmente la resolución de conflictos, incluyendo la litigación ante el Panel de Expertos de Energía y en toda otra sede administrativa o jurisdiccional.
Es vital avanzar en la expansión de la transmisión eléctrica, permitiendo un crecimiento acorde con la localización de la oferta de energía, así como empujar la modernización de la regulación de distribución, que permita la mejora en la calidad de suministro, la actualización de los modelos de fijación tarifaria y un impulso ordenado a la generación distribuida. Por otro lado, el rediseño de los mercados de corto y largo plazo de energía y capacidad, la incorporación de incentivos al almacenamiento de energía y el impulso a la producción de hidrógeno con fuentes renovables, pueden representar avances significativos en la descarbonización de la matriz eléctrica y oportunidades significativas para el desarrollo sostenible de nuestro país.