El pasado 27 de octubre, la Unión Europea dio un gran paso en la legislación de las telecomunicaciones. El Parlamento Europeo aprobó la legislación que elimina el roaming, esto es, el cargo extra que cobran las compañías cuando sus abonados utilizan sus celulares fuera de su país, a partir de junio de 2017.
La discusión legislativa que se generó fue ardua, y durante más de una década se discutió acerca de la conveniencia de aprobar la normativa, retrasando la entrada en vigor de la medida, que un principio se tenía presupuestada para diciembre de este año. La aplicación de esta nueva norma será paulatina. A partir de abril de 2016 se reducirá el recargo máximo de las actuales tarifas, lo que significará una reducción de un 75%.
Se contempla además, aplicar excepciones en razón de una política de “uso razonable” que definirán las operadoras, siendo la eliminación del roaming solo válida para instancias cortas o viajes periódicos. Para estancias prolongadas, se podrá seguir cobrando al cliente una tarifa, aunque inferior a los límites vigentes. El desarrollo preciso de esta cláusula todavía debe ser pactado por la Comisión Europea.
Cabe preguntarse al respecto, cual es el estado de la discusión en Sudamérica.
Pareciera ser que vivimos una realidad muy distinta a la europea, y la eliminación del roaming no está siendo considerada como un tema regional.
El 2011 Subtel declaraba que no existían razones técnicas ni económicas que justificaran las altas tarifas de roaming. Ello como respuesta a un estudio de la OCDE, que sostenía que Chile tenía una de las tarifas más altas entre los países miembros de la organización. Agregaba la Subtel que era necesario avanzar hacia una mayor competencia entre los operadores de la región, y que para ello los reguladores latinoamericanos habrían acordado utilizar todas las facultades regulatorias y legales disponibles para impulsar la reducción en los precios de roaming, con acuerdos bilaterales que pretendían eliminarlo o reducirlo drásticamente. Por ese entonces se aludida a la agenda bilateral que se había iniciado con Argentina y Perú para eliminar el roaming entre estos países, o generar condiciones que aseguraran tarifas más bajas.
De esta agenda bilateral volvimos a tener noticias a mediados del 2014, en el marco de la XIII cumbre de Entes Reguladores de Telecomunicaciones. En dicha ocasión se habrían acordado medidas concretas, entre las Subsecretarías de Chile y Argentina para avanzar en la eliminación del roaming internacional entre ambos países. Además del roaming, se pensaba en mejorar la calidad de servicio, la seguridad de las redes, el desarrollo de la banda ancha y colaboración en materia satelital, entre otras.
Lo anterior se tradujo en un acuerdo suscrito entre dichos países en octubre de 2014, en donde también participaron las empresas presentes en ambas naciones. En este básicamente se ponen de acuerdo respecto de los lineamientos establecidos por ambos gobiernos para buscar alternativas de disminución del valor del roaming. Hasta enero de 2015 existía plazo para conversar y buscar una alternativa para la definitiva eliminación de este cargo. Este plazo no se cumplió, al menos desde que públicamente no se han tenido noticias al respecto.
El caso sudamericano parece ser muy distinto al europeo. En la región no se discute respecto de un acuerdo que busque eliminar el roaming en todos los países, sino que la discusión se centra en los avances que se puedan alcanzar de forma bilateral entre las naciones interesadas. En el caso chileno los avances se han centrado en generar una conversación entre las autoridades y empresas de Chile y Argentina, buscando alcanzar un acuerdo para la disminución o eliminación del roaming, descartando de esta forma una regulación directa por parte de las autoridades.
Por Carlos Martínez.