El pasado viernes se publicó la Nueva Ley de Protección de Datos Personales en Chile (Ley N° 19.628, ahora modificada por la Ley N° 21.719, en adelante “NLPD”), marcando un hito fundamental en la regulación de la economía digital y estableciendo un marco normativo robusto que se alinea con los estándares internacionales. Tras un extenso proceso legislativo, esta ley introduce una serie de herramientas legales que obligan a las organizaciones a implementar mecanismos adecuados para garantizar derechos como el acceso, la rectificación, la oposición y la portabilidad, fortaleciendo así la confianza y el cumplimiento normativo.
La implementación de la ley seguirá un cronograma definido que contempla, entre otros hitos, la publicación de los reglamentos necesarios para su operatividad en junio de 2025, la designación de los consejeros de la Agencia Chilena de Protección de Datos en octubre de 2026, y su entrada en vigor en diciembre de 2026. Durante el primer año de vigencia, la Agencia podrá sancionar a empresas de menor tamaño con amonestaciones escritas, otorgándoles tiempo para adaptarse. Además, para junio de 2028, los principales organismos del Estado deberán implementar políticas y normas que aseguren el cumplimiento de esta normativa.
En este período de adaptación de 2 años, creemos que es útil para las empresas chilenas tener en cuenta la experiencia europea con el Reglamento General de Protección de Datos (“GDPR”), que también tuvieron un plazo de 2 años para adaptarse al nuevo estándar -el GDPR fue publicado en 2016 y entró en vigor en 2018-.
A continuación, resumimos las medidas más importantes que adoptaron las empresas europeas para ajustarse al nuevo régimen.
1. Análisis internos de cumplimiento y creación de Registros de Actividades de Tratamiento
En primer lugar, las empresas realizaron análisis internos para evaluar sus prácticas actuales de manejo de datos y determinar su nivel de cumplimiento con el nuevo estándar. Esto incluyó la identificación de los datos personales que procesaban, así como la revisión de las bases legales, los procedimientos de consentimiento, almacenamiento y eliminación. A partir de este análisis, muchas empresas elaboraron su Registro de Actividades de Tratamiento (“RAT”), el que les permite tener visibilidad sobre los datos que se recopilan en la empresa, cómo se utilizan, quién tiene acceso y con quién se comparten, lo que es esencial para demostrar el cumplimiento del GDPR (y también lo será para la NLPD).
2. Revisión y Actualización de Contratos con Proveedores
Las empresas revisaron y actualizaron sus contratos con proveedores y socios comerciales para asegurarse de que cumplieran con los requisitos del nuevo estándar de protección de datos. Esto incluyó cláusulas específicas sobre la protección de datos, contratos de encargados de tratamiento y el manejo adecuado de la información personal.
3. Designación de Delegados de Protección de Datos (“DPO”)
Muchas organizaciones nombraron DPOs para supervisar el cumplimiento del GDPR. Estos profesionales, con conocimientos en derecho y tecnología, fueron responsables de garantizar que la empresa cumpliera con las regulaciones y actúan como punto de contacto para las autoridades de protección de datos.
4. Desarrollo de Políticas y Procedimientos
Se crearon políticas internas claras sobre la gestión de datos personales, incluyendo protocolos para el manejo del consentimiento, el ejercicio de derechos por parte de los interesados y la respuesta a incidentes de seguridad.
5. Capacitación del Personal
Las empresas llevaron a cabo programas de capacitación para educar a sus empleados sobre las nuevas regulaciones y la importancia de la protección de datos. Esto ayudó a fomentar una cultura organizacional orientada hacia la privacidad y el cumplimiento normativo.
6. Implementación de Tecnologías de Seguridad
Por último, se invirtió en tecnologías avanzadas para proteger los datos personales (Privacy Enhanced Tecnologies o “PETs”), incluyendo herramientas para cifrado, gestión del consentimiento y monitoreo del acceso a información sensible.
La entrada en vigor de la NLPD representa un cambio de paradigma para las empresas chilenas, que tendrán que integrar la protección de datos en el corazón de sus procesos y estrategias. El período de transición que comienza ofrece una oportunidad invaluable para prepararse, inspirándose en las mejores prácticas internacionales y priorizando la inversión en tecnología, capacitación y la implementación de sistemas de cumplimiento. Adaptarse no solo será una obligación legal, sino también una ventaja competitiva en la economía digital global.