Hace pocos días, diversos medios de prensa internacionales informaron que la División de Cumplimiento de la U.S. Securities and Exchange Comission (“SEC”) requirió documentos y citó a una serie de gerentes de diversas compañías, a fin de revisar la información publicitaria que realizan sus sociedades, aludiendo a los índices ESG (factores referidos a la relación de la empresa con el medioambiente, con su entorno social y con su gobierno corporativo).
Esta preocupación de la autoridad norteamericana no es nueva ni tampoco exclusiva.
No es nueva porque desde al menos un par de años la SEC ha buscado modificar las reglas para mejorar y estandarizar algunas divulgaciones que hacen las empresas respecto al cumplimiento de estándares ESG, con miras a proteger a inversores; además de perseguir algunas conductas.
Tampoco es exclusiva porque en otras latitudes, como Australia, la autoridad de valores hace pocas semanas inició un proceso contra Vanguard Investments Australia, debido a que esta empresa habría efectuado conductas de greenwashing, al emitir una aseveración falsa al mercado: señalar que los fondos invertidos no alcanzaban a inversiones vinculadas en combustibles fósiles, cuando en verdad ello no era así.
En Chile no tenemos ni regulación especial, ni casos para contar… todavía.
Sin embargo, creemos que el fenómeno no sólo se puede abordar desde la perspectiva de los consumidores que podrían verse engañados por empresas que publicitan lo que no son; de competidores que ven cómo una clientela se desvía hacia la empresa que se ufana de cumplir con estándares que no cumple; sino que, en un futuro no tan lejano podría involucrar a la Comisión para el Mercado Financiero, toda vez que conductas como las que han ocurrido en otros países pueden afectar el funcionamiento, desarrollo y estabilidad del mercado financiero.
Y no es todo… otras autoridades –como el Servicio Nacional del Consumidor, autoridades ambientales, el Congreso Nacional o incluso la Fiscalía del Ministerio Público–, podrían buscar recabar información o eventualmente iniciar procesos contenciosos por las afirmaciones que hacen las compañías sobre cómo se comportan a la luz de los criterios ESG.
Por esto, la experiencia internacional llama a ser cuidadosos en aquello que se publicita, por más que las tendencias actuales estén haciendo imperativo mostrarse en la parte alta de las tablas de posiciones al momento de cumplir con los criterios ESG.